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19 de febrero de 2017


El poder de la Netarquía

La transformación digital está cambiándolo todo de una manera tan sutil que, aunque no dejamos de predecir el futuro laboral, apenas percibimos lo que en nuestro día a día ya está cambiando.

Sin embargo sí estamos observando que prácticamente cualquier organización cuenta con redes sociales. Pero la transformación digital es mucho más que eso y llega incluso hasta a los organigramas de las organizaciones, los procesos y las estructuras de las empresas, que también pueden ser 2.0, a esto lo llamamos la Netarquía.

Pero, ¿en qué consiste este modelo? La netarquía, también llamada netocracia o redarquía, hace referencia a un modelo organizativo que no depende de jerarquías de poder de arriba hacia abajo, sino uno en el que el poder está distribuido gracias a la superación del paradigma del control.

La netarquía crea lazos de colaboración espontánea entre compañeros de trabajo que antes eran invisibles entre ellos; todos pueden participar en igualdad de condiciones aportando ideas sea cual sea su rol. De esta manera se rompen los límites que se crean en otro tipo de organigramas y es la propia red de relaciones que surge entre colegas, y no al revés, la que define el organigrama. A través de la netarquía podemos rediseñar un sistema de organización en el que se crean redes de colaboración y que atrae a más gente.

En la redarquía, la autoridad se basa más en la experiencia y el logro que en el título que ostentes en tu puesto de trabajo.

Estos son los factores que se dan en una organización de este tipo:

  • Redes conectadas. Las relaciones entre colegas en una organización 2.0 son ágiles e instantáneas. Las redes en una organización netárquica deben ser capaces de compartir información y conocimientos en cualquier momento, en cualquier circunstancia y de forma inmediata.
     
  • Inteligencia colectiva. Estas organizaciones son y están abiertas. Abiertas al cambio, abiertas a las novedades y abiertas a la recepción de la inteligencia colectiva. En lugar de conformarnos solo con lo que la plantilla contribuye a esa nube de conocimientos, las organicaciones 2.0 están atentas a lo que les pueden aportar los clientes, los proveedores e incluso la competencia.
     
  • Innovación. Corre por las redes de cualquier organización 2.0, es un requisito fundamental para la adaptación a los cambios constantes y para la supervivencia de la organización. Se favorece que los empleados adopten una visión estratégica pensando en la creación de productos y servicios según lo que la transformación digital y los cambios exigen para contribuir a la mejor continua.
     
  • Fluidez. Vivimos en tiempos líquidos y las organizaciones no pueden ignorar esta realidad. Por lo tanto, deben ser flexibles en cuanto a configuración. Optar por instalar la sede en una zona de coworking o el teletrabajo para poder tener talento global son algunos ejemplos de la fluidez que nos permitirá evitar la obsolescencia.
     
  • Meritocracia. Ganan las personas y sus ideas. Cualquier miembro de la organización tiene el derecho de contribuir con sus ideas y se fomenta una comunicación abierta ideal para que se compartan.
     
  • Reconocimiento. Es el elemento más motivador para una plantilla. Es gratificante que el esfuerzo se valore. Pero ojo, no debemos confundirlo con un simple agradecimiento. Hay que fidelizar realmente el talento devolviéndole el mismo compromiso que éste aporta. Además, deberemos tener un sistema de incentivos coherente con la estrategia de esfuerzo colectivo que se pretende potenciar.
     
  • Feedback. Sin canales de comunicación no lograremos conectar a las personas de una organización. Aprender y desarrollar el hábito de dar y pedir feedback debe ser una prioridad para todos en cualquier organización que aspire a lograr un alto rendimiento. Sin el compromiso de una mejora constante es muy difícil avanzar. Además, contar con herramientas de feedback nos ayudan a que esta filosofía pueda implementarse de manera real, apostando por la comunicación, la detección y el reconocimiento transparente del talento.

La sostenibilidad de las empresas pasa por la transformación o adaptación digital y una buena gestión de los recursos digitales y humanos: desde el software hasta el talento. Para convertir tu organización en una versión 2.0 de la misma, necesitas contar con herramientas, tanto sociales como tecnológicas. Solo las organizaciones que estén abiertas a la flexibilidad, a la comunicación transparente y que fomenten la innovación conseguirán ser competitivas. La mejor manera de ser 2.0 es creando una verdadera organización social.

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En Hrider vemos como muchos de nuestros clientes están fomentando iniciativas con las que, con la participación de todos, fomentan entornos profesionales donde el crecimiento de la organización va ligado al crecimiento individual de cada colaborador. Nuestra herramienta no es más que la autopista por la que canalizar el tráfico de sus redes de conocimiento y colaboración. Y estamos muy orgullosos de apoyar estos proyectos REALES que van más allá del discurso de la transformación digital de RR.HH.