Como en toda buena historia de terror, antes del gran susto siempre hay señales que nos indican que algo malo está pasando y que, si no huimos o nos enfrentamos al monstruo, algo peor sucederá.
Música que te pone los pelos de punta, el corazón martilleándote en el pecho, un nudo en el estómago y las manos heladas mientras esperas a que en cualquier momento se te aparezca "la cosa"... Si ésto te ocurre en el trabajo y algo boicotea tu paz laboral, es posible que Penywise se haya instalado en las alcantarillas de tu oficina y se te aparezca mediante una mala comunicación con tu manager, el mal ambiente entre colegas, las tareas mal asignadas... IT es el mal clima laboral.
Porque cualquiera sabe que un mal entorno de trabajo no es lo más recomendable si queremos buenos resultados. Te mostramos cuáles son los signos de que algo diabólico pueda estar poseyendo el ambiente ¡para que puedas exorcizarlo cuanto antes!:
Entusiasmo bajo mínimos:
¿Son muchos los días en los que no te sientes con ganas de trabajar? Aunque eso es muy común, debemos tener claro que no debería ser lo normal, y si la pereza se convierte en aversión es una señal de que podrías estar trabajando en un ambiente laboral horripilante. Mira a tu alrededor, ¿las conversaciones son positivas? ¿a tus compañeros se les nota satisfechos? ¿alguien sonríe? Quizá antes sí te levantabas con motivación para ir al trabajo, pero un nuevo jefe, un cambio de actitud (a peor) en tu manager o unas metas con las que no logras alinearte puede provocar que, casi de un día para otro, a tu cuerpo -y sobre todo a tu mente- le cueste más de lo normal levantarse de la cama y que, cuando te das cuenta, estás echando pestes de tu situación laboral en cualquier reunión social.
Liderazgo narcisista:
¿Tu manager exige más que asesora, espera que seas perfecto e incluso que superes sus estándares? Los supervisores que se aprovechan de su rol para ser tiranos siempre van a provocar toxicidad allá por donde pasen. En este post puedes conocer los rasgos de los jefes más terroríficos y cómo sobrellevarlos.
Cero adaptabilidad:
Cuanto más pequeña es la empresa, más importante es que los empleados se adapten rápidamente a las prioridades cambiantes y hagan lo que sea necesario, independientemente de su rol o puesto. Cada vez que alguien dice “Ese no es mi trabajo” se nos cruza un gato negro :(. ¡Pero ojo! Si le pedimos más a nuestros empleados también debemos aportarles más!
Tu equilibrio trabajo-vida es más inestable que la escoba de una bruja:
La conciliación laboral es vital para tener una relación saludable con tu trabajo. Quedarse trabajando por sistema horas de más, empezar antes, encender el ordenador todos los fines de semana o que tu jefe te escriba constantemente fuera de tu horario esperando respuesta inmediata mina mucho la motivación y provoca estrés por falta de descanso y de desconexión laboral. El equilibrio del clima organizacional se trabaja fuera y dentro del trabajo.
Mala comunicación:
O comunicación negativa, falta de feedback positivo, información que no fluye... ¿quién puede trabajar así? ¡Ufff, nos dan ganas de taparnos la cara con las manos horrorizados!
Rotación alta:
Cuando el ambiente de trabajo solo ofrece una baja autoestima o desilusión, las personas se van en cuanto encuentran una oferta mejor, y no será nada difícil que la encuentren si tienen talento y aspiraciones. Además, los lugares de trabajo tóxicos pueden provocar bajas debido a los altos niveles de estrés. Si la tasa de rotación en tu organización es alta, considéralo una señal gigante, luminosa y parpadeante de mal ambiente laboral.
Falta de compañerismo:
Una cultura en la que se generan chismes entre compañeros suspenderá en valores como la tolerancia y el respeto. Ninguna organización, sea del tamaño que sea, debe permitir que se le falte al respeto a ningún empleado. Las relaciones sólidas entre colegas que se ayudan y animan es fundamental para la productividad y el bienestar de todos los miembros del equipo.
También puede darse el caso de que haya una espeluznante tendencia a echarse la culpa unos a otros. No importa lo que haya sucedido, la culpa siempre es de otra persona. Pocos actos son más egoístas que decir: "Yo no fui.", sobre todo si sí lo fuiste o lo has sido en parte. Ser la mala o el malo solo mola si eres un personaje de una peli de Tobe Hooper o de Hitchcock. Culpar a otros es igual decir no somos un equipo.
En ocasiones, el terror auténtico no tiene nada de sobrenatural. Hay situaciones laborales que superan los escalofríos que te pueden provocar los seres de las novelas de terror. ¿Y qué podemos hacer para saber si en nuestra organización Pennywise está llamando al mal rollo desde la alcantarilla?
Si de verdad te has propuesto desterrar el miedo de tu oficina, empieza por ser valiente para admitir que todo se puede mejorar. Es muy fácil: ¡no tengas miedo y evalúa el Clima Laboral! En Hrider, además de lanzar evaluaciones del desempeño para desarrollar el talento, podrás recibir el feedback de tu equipo respecto al ambiente en el que trabajan. Los resultados te permitirán convertir tu organización en el lugar más maravilloso posible. Y eso sí que es un buen final para un mejor comienzo.
Para cambiar el argumento de la historia nada mejor que la música. Os hemos preparado una Playlist de canciones terroríficamente buenas para que reine el buen rollo en tu oficina, y si hay alguien que todavía duda aquí puedes econtrar 7 razones por las que evaluar el clima laboral.
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