¿Cuántas veces has escuchado decir a alguien “¡Me encanta mi trabajo!”? Desafortunadamente, muy pocas, estamos seguros. Pero es un hecho que tiene solución, ¿quieres que tu equipo sienta que su trabajo es genial? ¿cómo podemos conseguir que nuestra plantilla trabaje con una sonrisa de anuncio? Para que un trabajo sea genial, no necesitamos una filarmónica que toque en directo todos los días, ni máquinas expendedoras con lágrimas de unicornios; así que no pujes más por la varita de Harry Potter, porque nosotros te vamos a dar los mejores trucos (sin sapos ni brujas) para que hagas que tus empleados puedan decir “¡Me encanta mi trabajo!”.
-
Comparte el éxito: cuando haya buenas noticias o buenos resultados en la organización, compártelos y celébralos con tu equipo, cada empleado los ha hecho posibles y se merece cierto reconocimiento. Conseguiremos que se motiven para seguir trabajando bien.
-
Crea ambientes de trabajo atractivos y confortables: en las oficinas, incluye espacios que inviten a la colaboración, a la privacidad y al descanso. Anímales a que hagan descansos intermitentes. Aumentarán su productividad. Y, por supuesto, nunca cierras las puertas al teletrabajo ocasional o regular, según las necesidades de la organización y del empleado.
-
Bloquea horas: aunque todos los días surgen tareas nuevas, intenta que todos los empleados dispongan de tiempo para centrarse sin interrupción en sus tareas prioritarias o en sus proyectos. Para crear valor necesitan tiempo.
-
Haz evaluaciones del desempeño continuas: permite que los empleados no solo reciban feedback constante sobre cómo lo están haciendo, sino que también puedan ellos dar feedback sobre cómo se sienten y cómo lo hacen otras personas del equipo. Cuantos más ojos tengas, mejor podrás observar dónde y cómo realizar cambios y/o mejoras.
-
Proporciona oportunidades de mejora: todos los empleados deberían desarrollarse y no dejar de aprender en sus diferentes áreas, adquiriendo nuevas habilidades o mejorando ciertas competencias. ¿Cómo saber qué necesita cada uno? Si incorporas Planes de Acción en las evaluaciones del desempeño, supervisores y subordinados tendrán la oportunidad de estudiar y poner en marcha las áreas de mejora.
-
Define objetivos claros y específicos: por muchas ganas que tengas de llegar a la meta, si no haces el recorrido medible, te cansarás por el camino (y agotarás a tu equipo).
-
Apoya a cada empleado con su carrera: en el trabajo, todos tenemos un propósito o unos objetivos. No dejes de fomentar el crecimiento de cada uno, con ellos crecerá la organización. Todos tienen alguna habilidad especial, ¡descúbrela!
-
Empodéralos: dales autonomía. Nadie mejor que ellos saben cómo y cuándo pueden realizar mejor sus tareas. Asume que son lo suficientemente responsables como para manejar sus tiempos.
-
Hay vida fuera del trabajo, respétala: la vida de cada uno, en ocasiones, afectará a su rendimiento. Interésate por los motivos de sus días buenos y de sus días malos, gánate su compromiso con tu atención y, pese a los bajones, intentarán rendir como siempre.
-
¡Que fluya la diversión!: no confundas la seriedad con la productividad. La diversión y el humor contribuyen a la relajación y éstos son como los tres reyes magos de una buena jornada de trabajo.
Es evidente que la base para que estos factores funcionen, es un salario digno. Si este punto ya lo tienes, ponte manos a la obra con los demás y, entonces sí que sí, ¡Wingardium Leviosa!
---------------------------------------
Construir un buen lugar para trabajar no es cosa de magia, hace falta proponérselo y hacer acciones REALES en coherencia con lo que queremos conseguir. Los procesos de Feedback continuos y participativos ayudarán a dar voz y conocer mejor el talento de cada miembro del equipo para ayudarle en su propio desarrollo profesional pues, nuestra organización también crecerá con él.