¿Qué será eso de la procrastinación? dices mientras pospones tus tareas…Se suele confundir con la pereza, pero no tiene nada que ver. Entonces, ¿qué es lo que realmente queremos decir con el término procrastinación?: el hecho de tomar la decisión de retrasar una tarea con la que te has comprometido sin -aparentemente- ninguna razón válida.
Es una decisión que se suele tomar muy rápido, casi automáticamente, como un hábito más, por lo que solemos hacerlo sin darnos cuenta. Es atrasar trabajos para, por lo general, hacer algo más agradable o que nos hace sentir más cómodos. Es lo que te recomienda ese diablillo que se apoya en tu hombro y te anima a evitar ciertos quehaceres que no nos suelen apetecer nada. La procrastinación es un comportamiento bastante típico en la gente, todos lo hemos hecho. Si te sientas a trabajar sobre algo y al poco tiempo estás ya de pie tomándote un café, relees diez veces los correos pero no trabajas sobre ellos o comienzas varias cosas a la vez pero no terminas ninguna...¡no estás solo!
¿Por qué procrastinamos?
Según el caso, puede depender de nosotros mismos o de las tareas que evitamos. Es importante entender qué motivos tenemos y cuál es el de más peso para poder dar con la mejor solución y superar la procrastinación.
1. La razón más común es que determinadas tareas nos resultan pesadas, aburridas o, simplemente, nos desmotivan hasta el punto de estar continuamente alejándonos de ellas.
2. Otra causa es la desorganización. Tanto si se trata de una persona o si somos un equipo, si estamos organizados siempre trabajamos mejor, ya que siempre vamos a tener diferentes tareas con distintas prioridades en nuestras listas. Aunque incluso siendo organizados, podemos sentirnos abrumados por ciertas tareas.
3. También puede sucedernos cuando no tenemos los recursos o las competencias necesarias para realizar esos trabajos.
4. Relacionada con la anterior, una causa principal también suele ser la de depender -entendiéndolo como necesitar- de otra persona para tomar decisiones. Si no sabemos decidir qué hacer por nosotros mismos, postergaremos continuamente decisiones sobre aquello que nos sobrepasa.
5. O quizá se trate de perfeccionismo, si nunca nos creemos preparados para realizar ciertas tareas o esperamos un momento ideal que tal vez nunca aparezca.
Nadie es inmune a la tendencia a posponer cosas, pero no es evitable. Desde el equipo de HRider te proponemos estos sencillos pasos para identificar y combatir la procrastinación:
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Priorizar
Escribe en una lista las tareas que debes hacer y las metas en las que estás trabajando. Dependiendo de tus circunstancias, puede tratarse de una lista diaria, semanal, mensual o incluso tener varias, una lista para objetivos de más a largo plazo y otra más inmediata.
De esta manera, siempre sabrás por dónde empezar y no te podrás basar en lo que tienes ganas de hacer, sino que en lo que es más urgente e importante.
Es fundamental que seas realista en los tiempos que te marques, es mucho mejor que no te precipites con una fecha y que termines la tarea.
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Desmenuza las tareas
Cada tarea la componen muchas otras. Si se trata de una tarea grande y no sabes por dónde empezarla, dividirla en partes puede hacer que te resulte menos abrumadora. En el caso de que sea un trabajo más sencillo, al verla fraccionada, te dará la sensación de que es aún más fácil y te motivará para acabarla pronto.
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Identifica las consecuencias
Tanto si terminas o no tus actividades pendientes, tendrá consecuencias. Piensa en los efectos negativos que tendría para ti y para tu equipo el hecho de que no las finalices. El tiempo que has invertido y el que no has podido dedicar a otras cosas, pasan factura en tu motivación.
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Crea tus propias recompensas
Pueden ser cosas tan normales como recompensarte con un café y unas galletas al terminar todo a tiempo o puedes tirar la casa por la ventana y hacer una torre de pancakes al llegar de la oficina, ¡todo sea por premiar el buen trabajo!
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Conoce tus tareas
En ocasiones postergamos actividades porque pensamos que realmente no son tan necesarias o sencillamente porque no dependen de nosotros. Lo primero que una organización debe hacer es comunicar claramente a sus empleados cuáles son sus funciones o qué es lo que se espera de ellos. ¡A veces olvidamos lo más básico en la gestión de personas!
Muchas empresas utilizan métodos como la Evaluación del Desempeño o los procesos de Feedback 360 con el único objetivo de establecer canales en los que comunicar a cada empleado hacia dónde deben dirigir sus esfuerzos ayudándoles así a centrarse en lo que verdaderamente importa y evitarles perder tiempo en tareas improductivas.
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Céntrate en tus fortalezas y serás invencible
Podríamos resolver fácilmente algunos problemas de procrastinación sabiendo cuáles son las dificultades de cada empleado, sus mejores y peores capacidades y sus problemas a la hora de resolver ciertas tareas. No se trata sólo de hacer aquello que se nos da bien, sino ayudar a que todos puedan conocerse y saber cómo apoyarnos en nuestras fortalezas para superar otros que tengamos que abordar.
Recuerda esa genial sensación de acabar con éxito algo que pensábamos que no lograríamos nunca... (y el pastel que nos comeremos para celebrarlo!)