Tus empleados tienen más talento del que estás percibiendo. Todo ese talento desperdiciado podría estar haciendo crecer tu empresa. Sin embargo, hay muchos motivos por los que tus empleados no están dando lo mejor de sí mismos, ¿están ocupando el puesto adecuado a sus aptitudes? ¿sabes escucharlos? ¿están dispuestos a comentarte sus inquietudes? ¿sabes qué piensan de ti? ¿sabes guiarlos con tus opiniones sobre su trabajo? En definitiva, es muy probable que se trate de falta de comunicación. Pero que no cunda el pánico, el feedback ha llegado para salvarnos.
Con “Feedback is the new black” no pretendemos hablar de fashion victims o de las nuevas tendencias en series de TV., tan sólo queremos llamar la atención sobre un nuevo método que empieza a darse en las organizaciones y que va a crecer hasta convertirse en mucho más que una tendencia; un fenómeno imparable.
El feedback es la información que recibimos de nuestros responsables, compañeros y personal a cargo con el objetivo de aportarnos datos con los que aprender, mejorar el rendimiento en nuestro trabajo e incluso redefinir la manera en la que gestionamos nuestra organización.
Es algo que como clientes ya venimos haciendo desde hace años, después de una adquisición es normal que recibamos una pequeña encuesta para valorar la facilidad de compra, la atención al cliente y si el producto es como esperábamos. También en muchas tiendas empezamos a encontrar monitores muy sencillos que, mediante la elección de caritas tristes o felices, buscan medir nuestra satisfacción inmediatamente después de haber realizado la compra. Feedback en tiempo real, ¡viva!
Para aquellos que nunca han participado antes en un proceso de feedback, podría causar cierta inquietud o incertidumbre, pero si desde la organización se informa adecuadamente del objetivo común que perseguimos, como empleados entenderemos que se trata de una herramienta positiva que nos permitirá observarnos con nuestros ojos a través de la autoevaluación, y también con la mirada de los demás, adquiriendo una imagen mucho más completa de nosotros mismos.
El feedback continuo nos permite hacer realidad una demanda eterna en la relación jefe-empleado: conocer cómo nuestros responsables perciben nuestro trabajo y contar con el compromiso de nuestra empresa en facilitarnos claves de mejora, nos ayuda a poder avanzar en nuestra carrera.
Hay diferentes modalidades de evaluación, desde los 90º, donde nuestro responsable nos dará su opinión acerca de nuestro desarrollo profesional, la de 180º, en la que se suman aportaciones entre compañeros, la de 270º, en la que nosotros opinamos sobre nuestro supervisor, hasta la evaluación de 360º, recibiendo también feedback de nuestros clientes externos o internos, pudiendo observar matices que sin la ayuda de ellos no podríamos ver para mejorar nuestro desempeño profesional. ¿No es genial?
El compromiso y la retención del talento es una de las principales prioridades para cualquier empresa que tenga vocación por seguir siéndolo, sea del tipo que sea e independientemente al tamaño de su plantilla. Si tiene buenos trabajadores, deberá esforzarse por mantenerlos. Y para ello no basta con pagarle una nómina: hay que fomentar un entorno de continuo aprendizaje y desarrollo.
Estos procesos participativos son poderosos y disruptivos y van a redefinir la forma en que gestionamos el talento en nuestras organizaciones.
Con la llegada de los millennials, el cambio hacia procesos de evaluación del desempeño más ágiles, sencillos y constructivos, va a acelerarse, pues éstos demandan contextos de trabajo participativos y preocupación real de sus empresas para conseguir que los empleados se sientan motivados mediante acciones coherentes. Sólo así lograremos que se comprometan con nuestra organización.
Según investigaciones recientes, cuando en nuestro trabajo no recibimos feedback, trabajamos más nerviosos y con incertidumbre, lo cual se traduce en falta de productividad. Sin embargo, si a una plantilla le das feedback, ésta te corresponderá con lo mejor de sí misma. Cuando los empleados pueden dar voz a sus preocupaciones, las organizaciones aumentan en rendimiento y en retención del talento.
La capacidad de dar y recibir feedback es una habilidad fundamental para un buen liderazgo. Para llevar a cabo un proceso de evaluación de desempeño y feedback 360º, es tan fácil como crearlo a medida a través de un software intuitivo como el de HRider, donde podemos diseñar formularios según nuestras prioridades y realizar todas las evaluaciones y encuestas que necesitemos.
Puede darnos un poco de miedo que los empleados nos den su opinión siempre que quieran, pero ya es algo que hacen continuamente en sus redes sociales, así que será mucho mejor que lo hagan de modo constructivo, sintiéndose parte del equipo y realizados en su trabajo.
Sólo debemos escoger el medio adecuado, ágil y accesible, para darles voz, escuchar y actuar en consecuencia a los resultados.