¿En cuántas tareas o proyectos estás trabajando actualmente? ¿Dos, tres, cuatro, todos? En la era digital y ahora que muchos estamos inmersos en el teletrabajo, la mayoría de colaboradores están haciendo malabarismos con el multitasking. Nos puede parecer cosa de super héroes, pero solo nos hace tener un peor desempeño laboral. Tener que sacar adelante diferentes proyectos a la vez nos descentra, es estresante y, en consecuencia, poco productivo.
Unos de los problema del multitasking es que cuando cambiamos de tarea continuamente, nuestro cerebro puede quedarse atrás y seguir pensando en la anterior y necesita que le recordemos una y otra vez lo que estamos haciendo. Es fundamental aprender a manejar una tarea a la vez para no tener resultados mediocres en todas. Para llegar a la excelencia en nuestro trabajo, tendremos que desarrollar nuestra concentración, ¿cómo?:
1. Ejercita tu cerebro
Trabaja tu cerebro como un músculo más. Como todo, conseguir que nuestro cerebro no se distraiga es cuestión de práctica, se necesita entrenamiento para aprender a focalizar. Cada vez que detectes que te estás distrayendo, reconoce cuáles son tus saboteadores del desempeño.
Desarrolla tus niveles de concentración gradualmente. No intentes trabajar durante una hora seguida si no eres capaz, comienza, por ejemplo, con 20 minutos, y después descansa durante 5 minutos. Con el paso de las semanas llegarás a estar completamente concentrado durante 60 minutos o más. ¡Incluso puede que entres en La Zona!
¡A fuego con las sentadillas cerebrales!
2. Identifica tus horas pico
Todos tenemos unos momentos del día en los que trabajamos mejor. Para reconocer tus horas más productivas, las "horas pico", debes medir tu productividad durante varias horas del día. ¿Cómo?
Simplemente tienes que prestar atención a tu nivel de energía y otros patrones de conducta como: las distracciones o la motivación en las diferentes horas de trabajo. Para poder identificarlas, puedes hacer pruebas por semana. Por ejemplo, durante una semana intenta centrar más tu desempeño en una franja horaria. En la siguiente, pruébalo con otra. Y compara tu productividad en las diferentes semanas.
Seguramente si te fijas bien, acabarás encontrando un patrón. ¡Conocerse mejor a uno mismo siempre es una buena idea!
3. Alterna la concentración con los descansos
Para mantener bien alto nuestro nivel de concentración, debemos enfocarnos en una sola tarea cada vez y tener momentos de reposo para reenfocarnos entra una tarea y otra.
Técnicas como la de Pomodoro (25 minutos de actividad; 5 minutos de descanso) te ayudarán a controlar cuánto y cuándo descansar. En esos paréntesis puedes hacer lo que mejor te sienta para olvidarte de la tarea anterior ya finalizada: ver tiktoks, cerrar los ojos durante unos minutos, o si tienes cerca a tu mascota, aprovechar para darle mimos a tu compañero peludo... Un estudio reveló que aquellas personas a las que se les permitió descansar brevemente dos veces durante una hora de trabajo, tuvieron un desempeño constante durante todo el tiempo, mientras que aquellos a quienes no se les ofreció un descanso tuvieron un peor desempeño.
4. Planifica las tareas críticas
Una lista de tareas -y completarlas- nos ayuda a quitarnos de encima esa sensación tan incómoda de dejar cabos sueltos. Así que diseñar una to do list evita que nos dispersemos y mejora nuestra concentración. De lo contrario, podremos caer en el efecto Zeigarnik, basado en las motivaciones de terminación y en nuestra tendencia a recordar tareas incompletas. Y, como has podido aprender escuchando a Luis Castellanos, nuestros pensamientos y palabras, dan forma a nuestra realidad.
Así que cuando comiences tu jornada laboral, establece esas tareas más prioritarias o críticas que debes completar durante el día para que no te persigan por la noche extraños efectos con nombres rusos ;-)
5. Limita el tiempo para los e-mails
El correo y el multitasking son una pareja inseparable y que aniquila la concentración, aunque nunca lo identificamos como una distracción porque no sentimos productivos respondiendo mails. Debemos asumir que tenemos una especia de adicción a mirar nuestra Bandeja de Entrada y que tal vez sea buena idea limitar la revisión y contestación de los correos a determinados momentos del día, en función de lo que sea más efectivo para nosotros y nuestra actividad.
6. Haz ejercicio
Sí, haz caso a los sabios del Imperio romano: mens sana in corpore sano. Las citas latinas son tan acertadas como los refranes de nuestras abuelas. Y es que el ejercicio no solo es bueno para el cuerpo, también ayuda a nuestro cerebro. El equilibrio en nuestra salud física ayuda a nuestro cerebro a tener más energía y salud.
Conclusión: evita la multitarea
Realmente habría que plantearse: ¿de verdad existe la multitarea?, porque la respuesta es que no: nuestro cerebro no puede concentrarse en resolver varias cosas al mismo tiempo excepto si se trata de operaciones fisiológicas como respirar o hacer la digestión. Hemos encontrado un artículo interesante sobre ello aquí.
Como hemos dicho, trabajar en diferentes tareas a la vez reduce nuestras capacidades cognitivas, ¡el cerebro solo puede enfocarse en una tarea a la vez! Al menos si queremos resultados de calidad.
Organizar nuestro trabajo, mantener un horario efectivo, minimizar las distracciones y dormir bien aumentará nuestra concentración y nuestra productividad. Al principio puede ser difícil, estamos ya acostumbrados a ver la tele twitteando o a comer viendo Netflix y buscando las últimas sneakers, ¡pero estamos seguros de que con estos tips lo lograrás!
Además, no olvides que es muy importante conocer los niveles de distracción, motivación y productividad laboral de tu equipo, y que puedes conocerlos con una sencilla evaluación del desempeño laboral y con mucho feedback, ¡pruébalo con nuestra DEMO gratuita!