El desempeño podría resumirse en el rendimiento de una persona a la hora de llevar a cabo sus funciones. Sin embargo, el desempeño involucra varios factores, como el desempeño de la tarea y el desempeño contextual. El desempeño de la tarea se evalúa en función de sus objetivos, el desempeño contextual revela sus competencias más soft, como su relación con sus compañeros de trabajo, con los clientes o su capacidad para resolver problemas.
Un mal clima laboral, un jefe autoritario y el estrés, tienen efectos perjudiciales en el desempeño laboral. Al contrario, los entornos de trabajo atractivos, un buen liderazgo y la satisfacción laboral, aumentan considerablemente el desempeño.
Para evaluar el desempeño se realizan encuestas en las que puede participar tanto el propio evaluado (Autoevaluación), como el supervisor (evaluaciones 90º), los colegas (180º) o incluso cliente internos o externos (360º).
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¿Por qué se debe evaluar el desempeño?
La evaluación del desempeño laboral ayuda a alinear el desarrollo individual de cada empleado con los objetivos de desarrollo de la organización. Es la piedra angular que permite a Recursos Humanos proyectar la cultura corporativa, diseñar sus políticas y definir estrategias. Si hablamos de gestión del talento, debemos hablar de evaluación continua.