Para fidelizar el talento, la mayoría de las organizaciones se conforman con ofrecer café y té gratis, algún que otro beneficio competitivo y, quizá, tener un futbolín o una máquina arcade. Pero, ¿de qué sirve tener un área de descanso y pedir comida delivery si hay empleados que no se sienten cómodos en su entorno laboral?
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no es ya ningún concepto nuevo y, aunque contar con una estrategia DEI sí es algo desconocido para muchísimas empresas, es una necesidad para aquellas organizaciones que se hayan comprometido a promover un cambio justo. Los resultados de contar con una estrategia DEI van más allá de la ética, de los resultados y de la responsabilidad social: es un atractivo para los empleados y los clientes. Cada día a la sociedad le afecta más la desigualdad, por lo que una organización que apuesta por abordarla, es una empresa muy atractiva.
1. ¿Qué es DEI?
DEI son las siglas de: Diversidad, Equidad e Inclusión. Es un término que alude a prácticas, políticas y estrategias que utiliza una empresa para crear un lugar de trabajo equitativo e implementar programas de diversidad e inclusión. DEI es sinónimo de una organización de éxito, una organización en la que absolutamente todas las personas pueden prosperar profesionalmente.
Para que una estrategia DEI funcione, primero tenemos que entender qué significa cada uno de los conceptos que engloba y saber qué papel juegan:
1.1. Diversidad
Cuando hablamos de diversidad en el trabajo nos referimos a comprender, aceptar y valorar a personas racializadas, de diferentes capacidades, géneros, orientaciones sexuales, edades o religiones.
Las organizaciones comprometidas a tener una fuerza laboral diversa tienen un grupo más grande de candidatos entre los que elegir, ya que no están limitándose con filtros sin sentido y, a su vez, están atrayendo a su vacante a muchísimas personas que valoran su diversidad. Sin embargo, según una encuesta realizada por Glassdoor, el 57 % de los empleados cree que sus empresas deberían ser más diversas.
Las empresas que no se abren a la diversidad corren el riesgo de perder candidatos calificados y pueden tener más dificultades para cubrir puestos clave. Por el contrario, las empresas diversas, disfrutan de beneficios como: variedad de perspectivas, mayor innovación o la creación de mayores oportunidades de crecimiento profesional.
1.2. Equidad
En una organización equitativa se tiene en cuenta que cada empleado tiene un acceso diferente a los recursos y, por lo tanto, distintos privilegios. La equidad aborda esas diferencias y garantiza que todos los empleados tengan lo que necesitan para tener éxito.
La equidad es el camino hacia la igualdad: la igualdad brinda igualdad de oportunidades, la equidad brinda un acceso proporcional a dichas oportunidades. Por lo tanto, la equidad requiere que las organizaciones conozcan y se adapten a cada persona.
1.3. Inclusión
Finalmente, nos encontramos con la inclusión. La inclusión tiene que ver con asegurarse de que todas las voces son escuchadas y tomadas en consideración. Tiene que ver con el respeto, una soft skill tan evidente como, en ocasiones, olvidada. Crear un clima laboral donde todo el mundo se sienta parte del proceso, es vital para que un equipo se sienta valorado y orgulloso de la cultura organizacional.
¿Y cómo dar voz a todo el mundo? Una de las formas más efectivas es a través de las evaluaciones con autoevaluación, con su posterior reunión de feedback individual. Por supuesto, debemos contar con líderes experimentados en la escucha activa y con una cultura de confianza donde todas las personas se sientan seguras.
2. Cómo crear una Estrategia DEI
Es muy fácil estar de acuerdo con valores como la diversidad, la equidad y la inclusión. Pero no es tan fácil aplicarlos en una organización. Porque tener una estrategia DEI no se trata de no ir en contra y ya está, sino de incluir políticas que realmente aboguen por cuidar y cumplir con estos principios.
Aquí van algunas prácticas que debes tener en cuenta para crear una estrategia DEI:
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Definir el propósito, la misión y los valores:
Identificar por qué quieres contar con una Estrategia DEI te ayudará a definir cómo hacerlo. Las respuestas irán ligadas a la misión, al propósito y a los valores organizacionales. La diversidad, la equidad y la inclusión deben ser valores que se traduzcan en comportamientos dentro de cualquier práctica o toma de decisiones y, para ello, cualquier miembro de la organización debe conocer vuestros principios y compartirlos.
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Evitar el sesgo en las evaluaciones de desempeño:
Las organizaciones deben empezar por explicar por qué se llevan a cabo las evaluaciones, formar a los colaboradores acerca del proceso y que todos tengan conocimiento de qué indicadores se medirán. Revisar las comparativas por género o por rangos de edad también será de gran utilidad. Y lo que nunca nos cansaremos de recordar: cuanto mayor sea el grado de la evaluación, mayor será la objetividad de los resultados.
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Flexibilidad real:
Te preguntarás qué tiene que ver la flexibilidad en una estrategia DEI. Pues resulta que es algo esencial: hacer de la flexibilidad, tan valorada y necesaria para las organizaciones en el confinamiento, una oferta permanente para todos, no solo permite contratar el talento de cualquier lugar y desde cualquier lugar, sino que ayuda a mejorar el Employee Experience, su fidelización y el compromiso de todas las personas, también de aquellas que puedan sentirse más incómodas en el día a día de la oficina.
3. Conclusión
A la hora de crear una Estrategia DEI, no existe un único enfoque para todas las empresas pero, recuerda, la mejor guía para dibujar la estrategia de tu organización empieza con dos preguntas: ¿por qué? y ¿cómo? Y, cuando la tengas, nunca olvides medir su éxito.
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