Nada que no sepa ya todo el mundo: con el confinamiento obligado por la pandemia, millones de trabajadores han comenzado a trabajar de forma remota. Este proceso de transición ha sido duro para muchas empresas (¡y para algunas personas!), pero ya sabes eso que se dice de “adaptarse o morir”. Así que la mayoría de las organizaciones, además de adaptarse, han salido reforzadas y han comenzado a plantearse de forma muy seria cómo deben ser sus modelos de trabajo a largo plazo.
También es cierto que muchas compañías han ido modificando sus expectativas de regreso conforme los acontecimientos se han ido manifestando: vacunas, nuevas variantes del virus como la Delta, etc. Podríamos decir que no hay una única receta perfecta, sino que lo importante es saber fluir y tomar decisiones estando dispuesto a cambiar el rumbo cuando sea necesario.
Si nunca has trabajado desde casa y en tu actual empresa te plantean la opción de teletrabajar, lo primero que te viene a la mente solo son ventajas:
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Ahorrar tiempo: ganar unos valiosos minutos de sueño.
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Reducir gastos: Librarte de conducir, de aparcar, de los atascos y el ahorro de tiempo y dinero que eso supone.
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Mayor comodidad: desayunar tranquilamente en casa, con ese café de tu nueva y carísima máquina italiana (ahora sí está justificada esa compra); o incluso utilizar el maravilloso conjunto que en el mundo de la moda nunca vieron venir, el pijama + camisa, una mezcla de glamour, comodidad y profesionalidad.
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Mayor autonomía y capacidad para organizar tu tiempo.
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Y algunos pros extras que nadie admite pero son los más valorados, como elegir tú mismo el nivel del aire acondicionado (¿Invernalia o Mordor?) o trabajar con tu gato en el regazo.
Pero gracias a la mejora de la situación poco a poco volveremos a disfrutar de cierta normalidad y, por supuesto, seguimos recordando que el trabajo presencial también cuenta con sus beneficios:
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El compañerismo y trabajo en equipo que se genera en la oficina gracias a la comunicación cara a cara.
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Poder desconectar al salir del trabajo. Desde casa es difícil diferenciar en qué momento lo que antes era la sala de juntas es ahora el cuarto de invitados.
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Una comunicación más fluida, sin necesidad de agendar una videollamada o escribir por el chat.
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Los vínculos formados gracias a las charlas que surgen alrededor de la máquina del café y que refuerzan el intercambio de información y de conocimientos.
Con todos estos beneficios sobre la mesa, llegar a la conclusión de cuál es el modelo ideal no es nada es fácil. Tenemos que analizar el perfil de los trabajadores, tener en cuenta su nivel de competencias digitales, su capacidad de trabajo en equipo y, en resumen, tenemos que saber si la organización está preparada para un cambio cultural. ¿Cómo saberlo? Muy fácil: preguntando a las personas. Contar con su visión, sus opiniones, sus aprendizajes ayudará a definir qué decisiones tomamos respecto al modelo de trabajo más adecuado.
Afortunadamente, hemos aprendido que hay diferentes opciones que una organización puede ofrecer para que su equipo pueda beneficiarse del método de trabajo más productivo para cada persona:
Teletrabajo
Para que este modelo de trabajo funcione, hay una serie de aspectos básicos a tener en cuenta, además, es fundamental que los Líderes sepan cómo gestionar un equipo que trabaja en remoto, ¿necesitas algunas claves?
Además, con evaluaciones del desempeño podemos asegurarnos de si las personas de nuestra organización cuentan con las competencias y con los recursos necesarios para ello.
Los beneficios son notables no solo para los colaboradores, sino también para la empresa ya que ahorra costes, espacio y no tiene limitaciones geográficas para contratar a los mejores profesionales en cualquier parte del mundo. Además, mejora el nivel de absentismo y se sufren menos bajas laborales. Ganaremos en tiempo, autonomía y flexibilidad. Y, por si fuera poco, al evitar desplazamientos contaminamos menos, y eso a nivel medioambiental es un punto a favor.
Twitter abrió y volvió a cerrar recientemente algunas oficinas según avanzaban los acontecimientos. LinkedIn anunció hace poco tiempo que permitiría a los empleados trabajar de forma totalmente remota de forma indefinida, eliminando cualquier expectativa en la oficina para la mayoría de sus 16.000 trabajadores.
Método presencial
Ganamos en socialización, engagement, se crean lazos más fuertes entre colegas, el aprendizaje colectivo es más fácil y hay un trabajo en equipo mucho más fluido. ¡Se potencia la fuerza corporativa! Además, podemos modernizar este modelo clásico añadiendo nuevas opciones. Por ejemplo, si la sede queda lejos, podemos ofrecer puestos en centros de coworking.
Compañías como Apple anunciaron su regreso a la modalidad presencial en septiembre pero, poco después, anunciaron un retraso al menos hasta octubre. Quizás fue relevante conocer la opinión de sus empleados a una carta a Tim (Cook) donde se encontró que alrededor de dos tercios de la plantilla reconsiderarían su futuro en la empresa si tuvieran que regresar a una oficina tan pronto en una situación aun incierta en términos de salud laboral. Nuevamente, la visión participativa fue fundamental para la toma de decisiones.
Flexiworking o modelo híbrido
Empresas del prestigio de Google ya trabajan siguiendo esta alternativa y tomaron esta decisión tras realizar una encuesta donde el 64% de sus empleados expresaron el deseo de volver a las oficinas, pero no a diario. Aunque quizás el plus de tener toboganes en la oficina inclinase un poco la balanza...Aunque en este caso, Google y también Facebook exigirán a sus colaboradores que estén vacunados para poder acceder a las oficinas.
Tanto si estás en la oficina como si te quedas en casa, seguro que gran parte de tu tiempo los dedicarás a hacer videoconferencias, no olvides que también hay claves para no dejar de ser profesional cuando te conectes en remoto con compañeros, clientes, colaboradores...
Todo es cuestión de tiempo, paciencia y espíritu de colaboración para que podamos recuperar cierta normalidad y, para ello, los consejos de hace un año siguen plenamente vigentes. Pero ahora te preguntarás: ¿Cómo una organización, con estas nuevas modalidades de trabajo, puede controlar la satisfacción de su equipo e incluso asegurarse de la alineación la cultura organizacional?. ¡Pues muy fácil! Solo tienes que ampliar tu visión, ya no basta con conocer tu clima laboral, ahora tienes que ir más allá y medir de manera recurrente tu clima virtual o sencillamente conocer cómo lo ve tu equipo. Tal vez dependa del tipo de trabajo que haga cada persona y debas adaptar normas y procedimientos en función de las tareas de cada perfil profesional.
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