Investigaciones recientes revelan que los jefes también son personas. Tras este hallazgo revolucionario, desde HRider hemos querido dedicarles este post para darles el apoyo que merecen y algunos consejos para convertirlos en Superjefes. No podemos olvidar que aunque tengan el impuesto rol de líder, ellos también necesitan apoyo, pueden cometer errores y, desde luego, tienen el derecho y la necesidad de recibir feedback para una mejor orientación en el desarrollo de su trabajo.
Jefes del mundo, esperamos que os ayuden estos consejos sobre cómo ser el supervisor que todos querríamos tener:
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Cuida la cultura organizacional
La cultura organizacional juega un papel crucial en la felicidad y productividad de tu equipo. Es su personalidad de base, la manera en la que las personas interactúan y trabajan. Se construye a base de hábitos y sobre valores y respuestas emocionales y racionales. Preocúpate por crearla con delicadeza, con un equipo capaz de compartir esa cultura y comprometerse con ella. Que no sea solo un lema, sino un hecho que flote en el ambiente e inspire.
No puede ser copiada ni impuesta, la cultura de una organización está en constante autorenovación y evoluciona lentamente.
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Conoce a tu equipo y delega
La solución al exceso de trabajo es aprender a confiar en tus empleados, dándoles el poder de tomar decisiones por sí mismos en determinadas tareas. Suena más fácil de lo que realmente es y esto se debe a que a muchos jefes les cuesta delegar porque no han cultivado demasiado sus relaciones con la plantilla.
Para delegar -y para que realmente en una organización todo vaya lo mejor posible- debes conocer bien a tus empleados, enseñarles desde tu experiencia y aprender de ellos, conocer sus debilidades y fortalezas para saber qué tareas puedes encomendar a cada uno.
No seas de esos jefes distantes que para conocer a su equipo tiene que actuar infiltrado con un disfraz en un programa de televisión.
Ve dosificando las responsabilidades, cada vez un poco más. Entrena su talento y dales confianza. Ayúdales a crecer.
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Reconoce el buen trabajo
Dar reconocimiento afecta a la autoestima y al compromiso de tus empleados. Y no sólo el reconocimiento tiene un poderoso efecto sobre la persona premiada, también tiene un impacto significativo en los compañeros que ven cómo el gran trabajo de su compañero está siendo recompensado.
Si además el reconocimiento público se da ante un grupo de personas, el empleado se sentirá aún más apreciado y el equipo percibirá que sus supervisores se preocupan por ellos.
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Da feedback
La mayoría de las compañías buscan el feedback de los clientes, ¡y con razón! Pero pocas dedican tanta energía a estos sistemas de feedback para con los empleados. Según una encuesta del Medallia Institute, el 56% de los empleados que tienen contacto directo con los clientes tienen sugerencias para mejorar las prácticas de la compañía, y el 45% dicen que sus ideas podrían reducir los costos de la empresa. Esto es positivo, ¿verdad? Sin embargo, un tercio de las personas encuestadas aseguró que solo fueron encuestados por su compañía una vez -o menos- al año. Y más de la mitad de los que sí fueron encuestados por sus empresas contaron que sus evaluaciones carecían de preguntas efectivas.
Dar un feedback adecuado y continuo, mejora la atención y aumenta los beneficios. Cuanto más conozcas a tu equipo, mejor podrás trabajar con ellos.
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Recuerda quitarte el traje
Clark Kent se quitaba el traje en una cabina para ser Superman. No hace falta que seas un superhéroe ni que seas un exhibicionista, lo que queremos decirte es que no olvides que bajo tu rol de líder hay una persona a la que el equipo está deseando conocer.
Escucha los problemas de tu equipo, si surgen, aunque sean personales, y si eres tú quien tiene un mal día, no te escudes bajo la capa de superjefe, te entenderán y generarás complicidad.
Tal vez tú elegiste a los empleados que, tras una entrevista, serían los seleccionados para formar parte de tu equipo. Pero ellos también te eligen cada día. Así que recuerda: antes de llegar a una reunión con tu plantilla o con un empleado, no olvides sonreírte para sonreírles.