A nivel individual, cuando una persona es amable o recibe actos de amabilidad por parte de otras personas, se potencia la
serotonina y la dopamina, que son los neurotransmisores en el cerebro que promueven sentimientos de satisfacción y bienestar. También libera endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo. La amabilidad no es un lujo, ¡es una necesidad!
La amabilidad es una habilidad que debería ser esencial para cualquier manager. Dice mucho sobre su carácter, su compromiso y sobre el valor que aporta. Además, esta competencia puede extenderse en cascada a las personas del equipo y cambiar la cultura laboral.
Impacto directo en la productividad
Una investigación realizada por
APEX reveló las consecuencias de los ambientes respetuosos y amables en los equipos de trabajo:
· Tienen un 26% más de energía.
· Hay un 30% más de probabilidades de sentirse motivados y entusiasmados por adquirir nuevas habilidades y estar expuestos a nuevas ideas y retos.
· Expresan un 36% más de satisfacción con su trabajo y están un 44% más comprometidos con sus organizaciones.
Sin embargo, en la situación contraria:
· 2 de cada 3 empleados reportan una disminución en su desempeño como resultado de lugares de trabajo desagradables;
· El 48% de los empleados que estuvieron con un compañero de trabajo poco amable tenían significativamente más probabilidades de disminuir sus esfuerzos laborales. El 38% de los empleados señaló que habían disminuido intencionalmente la calidad de su trabajo.
La amabilidad puede energizar a un equipo, impulsando la moral y el compromiso.
Beneficios para las empresas
Una
investigación de U.S. Chamber of Commerce Foundation sugiere que la amabilidad produce resultados positivos para las empresas. Un líder amable con sus empleados puede ayudar a retener a los mejores talentos, establecer una cultura exitosa y mejorar la productividad.
Cuando las personas reciben un cumplido o palabras de reconocimiento por parte de sus managers, se sienten más satisfechas, aumenta su
autoestima, mejora sus
autoevaluaciones, y desencadena
emociones positivas. El resultado: empleados más felices y comprometidos.
Liderar desde la amabilidad
Un
estudio demuestra que
cuando los líderes son justos con los miembros de su equipo, las personas muestran un comportamiento más cívico y son más productivos. Las interacciones sociales positivas en el trabajo mejoran la salud de los empleados, e incluso los empleados
prefieren la felicidad a los salarios más altos (partiendo de salarios justos y no precarios).
Liderar desde la amabilidad es una forma poderosa de influir en los demás y crear un entorno de trabajo positivo y productivo. Un modelo de liderazgo basado en la confianza y la cooperación mutua ayudará a crear una cultura más feliz, en la que los empleados se ayuden unos a otros.
Cómo promover la amabilidad en el trabajo
Hay muchas formas de promover la amabilidad en el trabajo:
Predica con el ejemplo: lidera con el ejemplo demostrando amabilidad en todas tus interacciones. Sé un modelo a seguir para tus empleados y para tus compañeros, y cultiva una cultura organizacional basada en el respeto y la empatía.
Fomenta la comunicación positiva y abierta: Promueve un ambiente donde todas las personas se sientan cómodas expresando sus opiniones y preocupaciones. Escucha activamente las experiencias y perspectivas de los demás.
Reconoce y da feedback: Reconoce públicamente las contribuciones y logros de tus colegas y personas a cargo. Un simple gracias, una nota de agradecimiento o una felicitación marcan la diferencia. Cuando des feedback, hazlo siempre de manera constructiva. Destaca lo positivo y ofrece sugerencias para mejorar de manera amable y respetuosa.
Ofrece ayuda y apoyo: Para ofrecer tu ayuda cuando sea necesaria, tienes que prestar atención a las necesidades de tus compañeros. Ya sea ayudándolos con una tarea difícil o simplemente escuchándolos cuando lo necesiten, tu apoyo aportará mucho más de lo que crees.
Practica la cortesía: Pequeños actos como saludar a tus compañeros de trabajo -también a los que trabajan en remoto- por la mañana o sostener la puerta para alguien, contribuyen a crear un ambiente más amable y acogedor.
Fomenta la colaboración: Promueve la colaboración entre los miembros del equipo y reconoce el valor del trabajo en equipo. Alentar la cooperación en lugar de la competencia puede generar un ambiente más amable y solidario.
Crea un entorno inclusivo: Promueve la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo. Asegúrate de que todos se sientan valorados y respetados, independientemente de sus diferencias, y esfuérzate por involucrar a todos en las actividades de grupo y en la toma de decisiones.
Organiza actividades de construcción de equipos: Organiza eventos o actividades que fomenten el compañerismo y fortalezcan las relaciones entre los miembros del equipo. Esto puede incluir desde almuerzos compartidos hasta actividades al aire libre o juegos en grupo.
Practica la escucha activa: Presta atención cuando otras personas hablan y demuestra que realmente estás escuchando. Una buena forma de demostrarlo es haciendo contacto visual y haciendo preguntas de seguimiento.
Reconoce tus errores y practica el perdón: No hay nada de malo en asumir que, como todo el mundo, nos equivocamos. Admitir los errores y pedir perdón no solo es bueno para nosotros, también lo es para los demás, que seguirán nuestros pasos.
Liderando desde la amabilidad y promoviéndola, no solo estamos construyendo relaciones más sólidas con las personas de nuestra organización, también estaremos creando un entorno de trabajo más positivo y productivo en el que todos puedan prosperar. Décadas de investigación lo respaldan, ¡la amabilidad es buena para todos!
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