En una
Evaluación del Desempeño, a menudo se habilita la autoevaluación para darle a
los empleados la oportunidad de que reflexionen y
consideren cuáles son sus fortalezas y debilidades, teniendo que calificar sus competencias, su alineación con la cultura organizacional y cualquier indicador que se establezca en la Evaluación. Así, obtienen información que les ayudará a mejorar y a conocer qué se espera de ellos.
Cuando se habilita la autoevaluación, se convierte al colaborador en un participante activo y se le permite contribuir de manera más constructiva y enriquecedora en la reunión de feedback con su supervisor, incrementando la motivación del colaborador al sentirse escuchado.
Las autoevaluaciones también son beneficiosas para los managers, ya que esta funcionalidad permite que conozcan cómo se ven a sí mismos, detectar cualquier desacuerdo o malentendido que pueda existir y establecer juntos un
Plan de Acción.