Autoevaluación
En una Evaluación del Desempeño, a menudo se habilita la autoevaluación para darle a los empleados la oportunidad de que reflexionen y consideren cuáles son sus fortalezas y debilidades, teniendo que calificar sus competencias, su alineación con la cultura organizacional y cualquier indicador que se establezca en la Evaluación. Así, obtienen información que les ayudará a mejorar y a conocer qué se espera de ellos.
Cuando se habilita la autoevaluación, se convierte al colaborador en un participante activo y se le permite contribuir de manera más constructiva y enriquecedora en la reunión de feedback con su supervisor, incrementando la motivación del colaborador al sentirse escuchado.
Las autoevaluaciones también son beneficiosas para los managers, ya que esta funcionalidad permite que conozcan cómo se ven a sí mismos, detectar cualquier desacuerdo o malentendido que pueda existir y establecer juntos un Plan de Acción.
El mejor regalo: tu autoevaluación
En el camino hacia el autoconocimiento, practicar periódicamente la autoevaluación de nuestras competencias hará que construyamos nuestra propia ruta hacia un desarrollo profesional acorde a nuestras expectativas vitales.
¿Debemos posibilitar a un empleado Autoevaluarse?
Cada compañía aborda sus procesos de evaluación de manera diferente, pero un aspecto común que todo el mundo se plantea cuando quiere lanzar un proceso de feedback o evaluación de desempeño, con independencia de si su evaluación es de 90º, 180º, 270º o 360º, es si debe permitir a los colaboradores que lleven a cabo su propia Autoevaluación.
¿Qué modalidad de evaluación elegir: 90º, 180º, 270º o 360 grados?
¿No resulta a veces confuso determinar qué es exactamente un proceso de evaluación del desempeño 270º? ¿Cuál es la diferencia con otro de 180º? En este post vamos a intentar explicar cuáles son las diferentes metodologías de evaluación en función de los diferentes roles que interactúan. Esperamos ayudar así a optar por aquellas opciones que mejor encajen en cada organización.