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2 de abril de 2018


Competencias soft en la Revolución 4.0.

A no ser que hayas salido ahora de la caverna de Platón, sabrás que hoy, más que nunca, los procesos de  transformación digital son una necesidad vital para la eficiencia de las organizaciones. Pero adquirir solamente herramientas tecnológicas no es garantía de éxito. Las organizaciones que de verdad quieren sacarle todo el rendimiento al software y al hardware, necesitan un factor aún más importante: wetware.

¿Qué es wetware? Que no cunda el pánico, ya cuentas con él, son las personas de tu organización. Tus colaboradores son los pilares de tu empresa y de la transformación: necesita seres humanos con las competencias y la mentalidad necesarias para que puedan adaptarse al cambio continuo.

Además de las competencias específicas para manejar ciertas herramientas, en la Revolución 4.0 necesitamos competencias soft: habilidades blandas. Estas competencias se volverán cada vez más indispensables a medida que aumente la digitalización.

¿Y cuáles son esas competencias que necesitamos? Nosotros (que tenemos como habilidad fundamental ser unos santos) te compartimos el catálogo de las competencias soft necesarias para tener una organización más digital y más humana que nunca:

  • Capacidad de aprender.  ¿Por dónde empezar si no? La disposición a aprender y a reciclar habilidades es particularmente importante para prepararse para el futuro del trabajo. Aprender a usar una nueva tecnología es una habilidad en sí misma.
     
  • Pensamiento crítico. Es una de las cualidades más buscadas y se trata de la capacidad de evaluar información objetivamente y hacer un juicio razonable, discriminando los datos inútiles para saber resolver problemas o tomar decisiones.
     
  • Colaboración. Los empleados tienen que saber jugar juntos para poder acumular conocimientos y compartir el progreso entre ellos. Una organización tendrá buenos equipos -humanos- de trabajo si además de darles las herramientas digitales necesarias para ello, fomenta una cultura de confianza mutua y si reconoce/recompensa el esfuerzo del trabajo en equipo tanto como el individual.
     
  • Resolución de problemas. ¿Qué pasa si esa herramienta que acabamos de adquirir falla o si las nuevas incorporaciones no saben utilizarla? Además de enseñar a nuestros empleados cómo utilizar la tecnología, también debemos ayudarlos a desarrollar habilidades para la resolución de problemas. Empezando por algo tan esencial como aprender a buscar un mensaje de error en Google o describir con precisión un problema para encontrar soluciones online.
     
  • Inteligencia emocional. Además de la inteligencia social, una organización en el que las personas son emocionalmente inteligentes conseguirá un trabajo individual y en equipo con la máxima efectividad.
  • Comunicación interpersonal. Se trata del proceso por el cual las personas intercambian información, sentimientos, etc, a través de mensajes verbales y no verbales. Debemos saber qué decir y cómo decirlo, además de cuidar el tono de voz, los gestos y el lenguaje corporal. La comunicación juega un papel clave en la construcción de relaciones en el trabajo, ya que es necesaria para  la escucha, la negociación, la resolución de problemas y la toma de decisiones.
  • Adaptabilidad. Es decir, la facilidad con la que las personas y la organización pueden adaptarse a los cambios. Así conseguiremos ser más flexibles y abrir más puertas.
  • Mente abierta. Open-Mindedness si te gusta más. Esta habilidad implica muchas otras: capacidad para entender y respetar a compañeros, supervisores y clientes, la predisposición para aprender cosas nuevas, aceptar las nuevas tecnologías...
     
  • Creatividad e innovación. En la transformación digital necesitamos que nuestros equipos sepan conectar con los nuevos clientes de forma imaginativa y que diseñen sus proyectos en busca de velocidad y flexibilidad. Puedes leer más sobre la creatividad en nuestro post: Competencias para el 2018 y más allá.

El estudio The Future of Jobs del World Economic Forum sugiere que se perderán 5 millones de empleos antes de 2020 a medida que la inteligencia artificial, la robótica y otros factores reemplacen la necesidad de trabajadores humanos. Teniendo en cuenta esto y que las especialidades y puestos de trabajo del futuro hoy no existen todavía -como pasó hace 10 años con las que existen ahora-, debemos aprender continuamente nuevas habilidades. Tanto las organizaciones como los colaboradores tendremos que aprender a ser más flexibles y estar listos para abandonar conceptos y procesos que ya no agilizan nuestro cometido. No importa cuánto invirtamos en tecnología si nuestros empleados no están preparados.

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¿Las personas de tu organización cuentan con las competencias profesionales necesarias para sortear con éxito los retos del futuro?
Seas jefe o empleado, para seguir evolucionando en la Revolución 4.0. necesitarás un entorno donde no falte el feedback continuo para lograr impulsar tu desarrollo profesional.