Quiet Quitting, o renuncia silenciosa, es una práctica en la que los trabajadores se limitan a cumplir con su horario de trabajo, renunciando a hacer horas extras o tareas adicionales a las establecidas en su contrato. Los empleados cumplen estrictamente las tareas y horarios especificados.
 
Esto suele deberse a una carga de trabajo excesiva, al esfuerzo no reconocido y a compensaciones insuficientes. Al contrario de lo que se suele decir, el quiet quitting no significa que el empleado renunciará a su trabajo, sino que se busca un cambio de paradigma laboral.