El entorno laboral se ve afectado por componentes como la salud, la comunicación, las condiciones de la oficina o las horas de trabajo. El clima laboral se refiere a esos factores que componen el entorno en el que los empleados trabajan y que impactan directamente en ellos. Algunos de estos indicadores son obvios, como los recursos existentes o las condiciones en las que está el material de oficina; otros son más imprecisos, como la política de la empresa o un colateral con una personalidad que no se adapta a la cultura de empresa.
El clima laboral debe ayudar a los empleados a estar bien cada día, provocando un aumento en la productividad, el compromiso, la motivación y el bienestar laboral.
Para poder conocer y mejorar el clima de una organización, conociendo cómo se sienten los empleados y dándoles la oportunidad de compartir sus ideas o inquietudes, se suelen evaluar, entre otros, los siguientes indicadores:
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Percepción de los colaboradores respecto al apoyo, orientación y gestión por parte de los líderes y jefes del área y/o la organización.
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Las condiciones físicas en las que se desarrolla el trabajo, por ejemplo la ubicación, el sonido, la iluminación, la distribución de los espacios, etcétera.
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La cohesión entre los diferentes grupos que forman la organización.
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Es el grado de implicación de los empleados hacia su organización.
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Aspectos relacionados con salarios y beneficios sociales prestados por la organización.
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Congruencia entre el comportamiento del personal con los valores, misión, y visión de la organización.
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La formación.
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Expectativas de promoción.
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Aspectos relacionados con la facilidad para el trabajo en equipo.
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