Hans Selye definió el estrés como una respuesta inesperada e impredecible del cerebro y del cuerpo al cambio. El estrés se genera, principalmente, cuando en el trabajo se esperan más resultados en comparación con lo que un empleado es capaz de lograr, cuando los objetivos y roles están poco claros o mal definidos o cuando hay acoso. También surge cuando hay un mal ambiente en el trabajo, con el desempeño de tareas y funciones que se realizan y con las relaciones interpersonales dentro y fuera de la organización.
La clave para superar los ambientes de estrés es desarrollar la resiliencia, tanto a nivel personal como organizacional. Es decir, sobreponerse y avanzar ante momentos difíciles de la vida, de resistir a la adversidad y recuperarse. Se construye mediante actitudes, comportamientos y apoyos sociales. Sin embargo, también es fundamental evaluar el
Clima Laboral y detectar las oportunidades de mejora de la compañía.