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11 de abril de 2023


7 consejos para liderar a un equipo quemado

Las dos palabras más repetidas en el ámbito de recursos humanos desde hace unos años son resiliencia y estrés. El estrés o burnout es bastante común en el trabajo. Tanto, que dos tercios de los empleados a tiempo completo experimenta estrés en el trabajo, siendo un fenómeno que afecta a los empleados de todos los roles y sectores, no solo a las personas en puestos de alto nivel.

Sin duda, aquello que nos afecta en lo personal, repercute en lo laboral -¡y viceversa!- así que debemos preocuparnos por nuestro equipo para que esté lo más aliviado posible: porque solo así podrá sacar adelante sus tareas y, por supuesto, porque la base de cualquier organización es el lado humano, ¡y debemos cuidarlo!

¿Cómo liderar cuando todo tu equipo está quemado?

1. Busca la causa

Para que una acción sea una buena decisión, primero debes buscar la raíz del estrés del equipo. Sí, hay muchísimas causas posibles y muchos factores que contribuyen a que las personas se quemen: carga de trabajo, mal liderazgo, falta de comunicación, desconocimiento de funciones (propias y ajenas), situaciones personales… Llega hasta el origen para poder ofrecer las mejores soluciones. ¿Cómo puedes lograrlo? Hablando con cada persona de tu equipo. Así, además de identificar la raíz del problema, demostrarás empatía y compromiso.

2. Más preguntas y menos suposiciones

Es muy común acercarse a un empleado asumiendo que ya sabemos cuál es el problema. ¡Ni de broma! Tu objetivo es crear un espacio abierto en el que tu equipo se sienta en confianza para hablar contigo, no lleves la conversación hacia donde tú consideres, será como barrer debajo de la alfombra.

Si percibes que les cuesta iniciar la conversación, comienza con preguntas empáticas: ¿Qué es lo que más te agobia en este momento? ¿Qué cambios podríamos hacer en la organización o en la carga de trabajo para reducir el estrés? ¿Cómo podemos los líderes y colegas ayudar a reducir el estrés en el equipo? ¿Hay algún problema personal que pueda estar contribuyendo a que te sientas así?

Cada persona es única, así que las respuestas a estas preguntas van a variar mucho. Es imprescindible tener una comunicación abierta y fomentar un ambiente de confianza para que los miembros del equipo se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones.

3. Protege su tiempo

¿Cuántas veces has pedido cosas para ya? ¿Y para ayer? ¿Cuántas de esas cosas han resultado no ser tan urgentes? Si alguien se acerca para ver si tu equipo puede asumir un proyecto, di que no. Además, enseña también a tu equipo a saber decir que no si están sobrecargados de trabajo. ¡Ojo! Esto puede implicar que a ti también te digan que no, ¡y está bien! Todos necesitamos poder priorizar nuestras tareas para acabar cada una de ellas de manera excelsa. Deja de amontonar cosas encima de la mesa de tu equipo si no son urgentes. Para que tu equipo sepa priorizar, primero tienes que saber hacerlo tú, además de darles autonomía para que puedan planificarse.

Si en tu equipo o en tu organización os pasáis los días apagando incendios, hay un problema de organización, de reparto de tareas o de planificación, ¡y eso es importante revisarlo!

4. Permite que organicen sus horarios

Siempre que su tipo de tareas lo haga posible, permite que tu equipo marque sus horarios. Solo ellos saben en qué horas son más productivos y están más motivados. Permitirles tener horarios más flexibles les brinda el tiempo y el espacio para abordar sus necesidades personales.

En los casos en los que el horario tiene que ser rígido, intenta ser más comprensivo con los horarios de tu equipo permitiéndoles faltar a una reunión para ir a una cita con el médico o salir del trabajo antes para recoger a su hijo en el colegio o para llevar a su gatito al veterinario, ¡todos tenemos vida más allá del trabajo!

5. Estimula el feedback

¿Hace cuánto no te reúnes con tiempo con cada persona de tu equipo para darle feedback? Y no, no nos referimos a algo apurado en medio de una reunión sobre KPI’s u otros temas. Hablamos de un feedback elaborado, con reconocimiento, con ejemplos y con datos que lo respalde.

Aunque el estrés no tenga como raíz la falta de comunicación, no hablar con tu equipo jamás ayudará a que estén mejor. ¡A no ser que el problema sea el liderazgo, siguiente punto!

6. Conoce el clima laboral de la organización

El ambiente de trabajo juega un papel decisivo en nuestra salud, en la salud de la organización y en la satisfacción de todo nuestro equipo. Gracias a las evaluaciones de clima laboral 100% confidenciales como las de HRider, los empleados pueden evaluar a la organización con objetividad y honestidad.

Además, podéis evaluar aspectos como el liderazgo, midiendo, por ejemplo, indicadores relacionados con la confianza y la relación con el supervisor. Será muy útil saber si los gestores de equipo saben delegar, si dan feedback efectivo y si empoderan a su equipo o si, por el contrario, son la causa de que el equipo esté tan quemado.

7. Empatiza con su situación personal

Si la raíz del problema es un problema personal, empatiza con su situación, no lo juzgues y trata de darle las herramientas y los recursos disponibles para que pueda sobrellevarlo lo mejor posible tanto en el trabajo como fuera de él.

Y si crees que es más un problema de desmotivación que de estrés, te damos más información sobre la motivación aquí.


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