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29 de diciembre de 2021


Qué es la microgestión y cómo acabar con ella

 
Sabemos que vas a dejar de ir al gym después de 3 meses pagándolo, que comer sano sería más fácil si no fueses a ver a tu familia o si tu cita fav dejase de ser "ver Succession" con un buffet libre de pizza y restos de dulces navideños. ¿Por qué no te propones algo realmente útil, alcanzable y que no sea solo bueno para ti sino para todas las personas de tu equipo? Hoy nos ponemos las orejitas de elfo para hablarte de el mejor regalo invisible que le puedes hacer a tu organización. 
 
La forma más rápida de perder el talento es microgestionándolo. Adorar los detalles en tu trabajo marca la diferencia pero, si lo haces sin delegar ni un solo elemento, también puede agotar a tu equipo. Ser impecable es genial, obsesionarse con la perfección es una pesadilla que obstaculiza las tareas. Nadie trabaja igual que nadie y, si consigues clonar procesos, ¿qué creatividad e innovación puedes esperar? Los árboles de navidad más bonitos son los que tienen regalos con diferentes papeles, lazos y formas, ¡toma nota! 
 
Hemos mencionado muchas veces a la microgestión en los post sobre liderazgo, así que hoy hablaremos de lo necesario y sano que es que un líder suelte el control y comprendas los daños que implica
 

¿Qué es la microgestión?

 
La microgestión es exactamente lo que parece: controlar al detalle todo lo que hace cada miembro del equipo. Da igual si teletrabajan desde Laponia con Santa Claus o desde el escritorio de al lado. 
 
Si bien puede parecer muy útil y positiva, la realidad es que la microgestión es una forma de “liderar” que tiene un impacto negativo tanto para el mánager que es demasiado controlador, como para el empleado que está perdiendo motivación a cada orden que le indican.
 
Imagínate que un mánager le pide a una persona de su equipo que cree un plan de onboarding para las nuevas incorporaciones. Le pregunta si necesita algo y le ofrece su ayuda ante cualquier duda que pueda surgir. Incluso se asegura que la persona cuente con los recursos necesarios para tener toda la información disponible. ¿Esto está bien? ¡Está perfecto! El empleado se pondrá en marcha y, cuando esté terminado, podrán revisarlo juntos. No hay interferencias ni órdenes que ralenticen el proceso. Si, en cambio, el mánager le dice exactamente cómo tiene que ser el plan de onboarding, revisa cada uno de sus movimientos, corrige todo lo que no es exactamente como él lo haría y le exige constantemente información sobre su progreso,  ¿qué está consiguiendo con esto? Sí, que el Grinch aparezca por la oficina.
 
Como habrás podido adivinar por la reputación que se está ganando la microgestión a estas alturas del post, microgestionar es como regalarle carbón todos los años a tu equipo, es un estilo de gestión con muchos inconvenientes:
 
  • Desconfianza
    Querer controlarlo todo implica falta de confianza. Y hay muy pocas cosas que frustren más que eso. Sentir que tu mánager no confía en tus habilidades y tus capacidades para sacar algo adelante sin su supervisión, no hace más que minar la motivación.
     
  • Dependencia
    Controlar cada acción provoca que los empleados necesiten obtener siempre la aprobación de su mánager y no avanzar hasta tenerla. Esto hace que el supervisor se encuentre con demasiada responsabilidad, niveles excesivos de estrés y un equipo con falta de coordinación, seguridad y motivación. Esto suena peor que tener que cenar en la mesa de los primos -pequeños- en fin de año.
     
  • Mal desempeño
    La duda en la interpretación de las instrucciones, la pérdida de autonomía y la falta de confianza tiene un impacto en el desempeño laboral. ¿Alguien pidió frustración en su carta a Santa Claus? ¿Nadie? ¿No?
     
  • Pérdida de tiempo
    Entre otras cosas, la microgestión provoca que dos personas hagan el mismo trabajo. Es una pérdida de tiempo para el mánager, que podría dedicarse a liderar en lugar de a supervisar, y para el empleado, que en lugar de centrarse en su trabajo, se ve obligado a justificarse una y otra vez y a esperar las siguientes órdenes y sus respectivas revisiones. 
     
  • Mayor rotación
    Los empleados no dejan su empresa, dejan a su mánager. La insatisfacción de los empleados causada por la microgestión conducirá inevitablemente a una mayor rotación de personal que significa más gastos para la empresa y una mala Employee Experience que deriva en una peor Employer Experience. Nunca olvides que quien se va descontento de una empresa, lo va a contar. 
     
  • Limitación de la creatividad
    Cuando controlas todas las tareas y la forma en que trabaja tu equipo, estás limitando su creatividad. Si todo lo que hacen es exactamente como el mánager quiere, el equipo no será creativo jamás. ¿Y si los elfos tienen una forma de envolver los regalos más eficiente o más bonita? Los empleados necesitan espacio para prosperar y desarrollarse en sus funciones. El micromanagement genera patrones de comportamiento, ideal si quieres elfos robotizados y no personas innovadoras con un potencial siempre en crecimiento.
 

¿Cómo evitar la microgestión?

 
  • Practica la delegación
    Es importante asignar tareas en función a las fortalezas de cada colaborador, tareas que les permitan aprender y crecer. Delegando responsabilidades, lograrás empoderar, motivar y generar engagement.

    A la hora de delegar, enfócate en la meta y en que tengan los recursos y la capacitación necesarios.
     
  • Expectativas claras
    Cuanto más claros sean los objetivos, más fácil será para tu equipo definir cómo alcanzarlos.

    Ojo, no vale de nada explicar cuál es la meta si estás convencido de que solo tú puedes alcanzarla. Dale a tu equipo la oportunidad de demostrar sus habilidades y que ellos establezcan cómo llegar a ese objetivo de manera exitosa.
     
  • Contrata a las personas adecuadas (con el onboarding adecuado)
    Esto puedo parecer obvio, pero es más probable que microgestiones a alguien que no tiene las habilidades adecuadas o que no esté alineado con la cultura organizacional.

    Si evalúas a tus candidatos según las competencias requeridas, si fichas a personas que encajan con el tono de tu organización y, sobre todo, si dedicas tiempo a su onboarding, será mucho más fácil que adquieran la autonomía perfecta para que tú puedas delegar con confianza.
     
  • Da feedback
    Este es el consejo que se repite más que un villancico, lo sabemos. Pero es que el feedback es como la levadura en confinamiento, necesario y muy versátil. Todos necesitan y quieren comentarios. Es muy importante resaltar las oportunidades de mejora y el éxito de los proyectos que han funcionado. 

    No olvides reconocer a tu equipo, da feedback positivo y resalta las contribuciones de cada miembro para que la motivación y la seguridad afloren.
     
  • Pregunta, aprende
    Preguntar no es saber menos. ¿Cómo sabe si no Papá Noel qué quieres? Los mejores líderes preguntan y las respuestas dan conocimientos, fortalezas. ¿Te gustaría llevar a cabo este proyecto? ¿Qué necesitas para llevarlo a cabo con éxito? ¿Estás teniendo tiempo para poder planificarte? 

    Preguntar es saber.
 
Llamémosle propósito del año nuevo o carta de deseos. Pero si Santa Claus fuese tan pesadito con sus elfos, no le daría tiempo a repartir a tiempo todos los regalos y todos serían iguales. Las personas deben tener la libertad de desafiarse a sí mismas y superar sus límites, si queremos que crezcan y se desarrollen. 
 
Queremos que tu equipo brille tanto como la estrella más alta del árbol, ¿te ayudamos?
 

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