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9 de mayo de 2017


Beneficios inmediatos de la evaluación del desempeño

Todos sabéis lo mucho que nos encanta el feedback, no podemos vivir sin él, es el oxígeno de cualquier organización sana, incluso nos hemos atrevido a hablar del feedback negativo. Pero el feedback necesita un contexto, un mínimo de planificación, no es cuestión de llegar a la oficina en plan peli de los 80, lanzar el maletín por el aire y empezar a decir: “¡eso mola! ¡eso no!”. No te vamos a decir que no hagas eso porque, evidentemente, os echaríais unas risas en la oficina, pero el feedback realmente constructivo no funciona así.

¿Qué marco profesional necesitamos para dar retroalimentación? ¡La evaluación del desempeño!

Por supuesto, no hablamos de hacer evaluación al estilo de los años 80: sólo una vez al año, interminables hojas Excels, miles de datos que sumar y restar, meses dedicados a sacar algo en claro..., en definitiva: una tarea aburrida y mucho tiempo desperdiciado. Hablamos de implementar un proceso de evaluación continua ágil y potente que nos de información en tiempo real y nos permita dar seguimiento a los retos de mejora que pongamos en acción. Y, sobre todo, hablamos de llevarlo a cabo de manera que a los empleados les guste participar!

Pero si todavía no estáis del todo convencidos de si hacer o no evaluaciones del desempeño a vuestra plantilla, os vamos a contar algunos de sus beneficios que tu organización percibirá de forma inmediata:

Empleados motivados

A través de la evaluación del desempeño medimos el nivel con el que nuestro equipo se desenvuelve en su trabajo y en sus relaciones con los demás. Genera oportunidades para que los empleados y toda la organización en su conjunto sean más eficientes. Esto motiva a cada miembro a realizar mejor sus tareas, le permite conversar con su jefe y aprender de él cómo mejorar en su profesión, con lo que favorecemos que aumente su nivel de confianza.

Aumenta el compromiso y disminuye el síndrome de burnout

No hay mejor manera de involucrar a las personas que permitiéndoles que participen y aporten su visión sobre su propio trabajo y sobre cómo mejorar el de sus compañeros. Cuando uno tiene la opción de expresarse y ser escuchado disminuyen las tensiones. Cuando los empleados reciben un trato justo sustentado en principios de reconocimiento transparente motivamos la orientación al logro y evitamos todos los males del presentismo.

Detección del talento

Gracias a la evaluación por competencias podemos conocer los puntos fuertes de cada empleado y también aquello que no se les da demasiado bien. Los supervisores -y los propios empleados- llegan a conocer las capacidades actuales y potenciales de cada uno, pudiendo identificar habilidades en la plantilla que quizá no conocíamos (o de las que ni siquiera el protagonista era consciente hasta que los demás lo ponen en valor).

Mejorar la comunicación

Muchos problemas derivados de una falta de comunicación podrían resolverse con una evaluación del desempeño participativa y transparente. Solo tenemos que aprovechar la evaluación como una oportunidad para describir qué esperamos de los demás, qué objetivos tenemos y qué futuro queremos para la organización.
Después de la evaluación podemos reunirnos con los empleados y estudiar de manera colaborativa los planes de mejora para crecer juntos.

Mejorar el Plan de Carrera de los empleados

Los gerentes pueden diseñar programas de mejora con el fin de poner en práctica lo aprendido con los resultados y para darle un trampolín a los empleados. En este caso, la evaluación ayuda a velar por la eficacia y facilita la reasignación de las tareas según las competencias de los empleados.

Seguimiento de la evolución histórica de un empleado

Hacer seguimiento del histórico de las evaluaciones de un empleado nos ayuda a obtener conclusiones sobre qué acciones llevadas a cabo efectivamente lograron una mejora o, por el contrario, cuáles debemos replantear. Es una gran manera de contrastar en qué puesto o entorno determinado un profesional se siente mejor y que en otro, para llegar a la situación ideal para cada persona.

Proporcionar feedback contructivo

Por supuesto, este es el objetivo principal. La evaluación nos aporta la base sobre la que poder  hacer comentarios a los empleados sobre el trabajo que hacen, sobre cómo pueden desempeñarlo mejor y sobre la mejor forma en la que pueden contribuir a la empresa. Evidentemente, sin dejar de darles el reconocimiento que se merecen y prestando toda nuestra atención a sus comentarios.

Además, es la mejor manera de que todo el equipo conozca qué espera la organización sobre su trabajo, con qué valores queremos identificarnos y qué nuevos objetivos debemos perseguir como equipo. Vivimos en constante cambio y hay que adaptarse con rapidez!

Ahorrar costes

La evaluación continua es positiva para todos, ¡hasta para el Director/a de Finanzas de la empresa! Estos procesos ayudan a incrementar la productividad individual de cada profesional y la de la propia organización en su conjunto. Si somos capaces de detectar problemas o ineficiencias en tiempo real, podremos actuar para solucionarlas. ¡No es necesario que expliquemos cuánto tiempo y dinero que antes se desperdiciaba estaremos ahorrando!

 

La evaluación del desempeño nos da la oportunidad perfecta para planificar metas a medio y largo plazo. Proporciona al empleado la oportunidad de ser más eficaz para su organización y, a su vez, que éste se sienta valorado y motivado.

Cuando una organización tiene información detallada sobre el desempeño de cada uno de los miembros de su equipo, las decisiones en el futuro se vuelven más fáciles. Las tareas y responsabilidades de los puestos de de trabajo quedan mejor definidos, los proyectos se asignan con mayor rapidez al saber qué empleados tiene las competencias necesarias...

Pretender dar feedback a una persona sin una evaluación del desempeño que te ampare es como Batman sin Robin, como la nochevieja sin Raphael. Así que no lo dudes más, las evaluaciones del desempeño ya no dan miedo, sobre todo cuando todo el mundo es consciente de que el objetivo central es dar alas al desarrollo individual de cada profesional y fomentar un entorno donde el talento sea respetado y valorado. Además, se pueden llevar a cabo de manera fácil y ágil (¡con HRider!) y, si crees que en tu organización todavía hay gente reacia a la idea, solo tienes que explicarles todas estas ventajas.
 

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Una nueva manera de hacer evaluación ha llegado! La tecnología de Hrider permite que cualquier empresa, sea pequeña o grande, pueda configurar y lanzar sus propios procesos de evaluación continua en la organización y hacer brillar el talento del equipo.